Etimológicamente la palabra FE se deriva del Latín FIDEM que significa “confianza”, "de fiar”. Jim Haeffele reflexiona acerca del uso o aceptación de la Fe como una experiencia y una invitación a confiar. Para él la expresión ‘sólo ten fe, que todo saldrá bien’ es utilizado por las personas para alentar y confortar a alguien frente a graves problemas o situaciones estresantes.
Esta percepción, asunción o aceptación es análoga para el Judaísmo y el Cristianismo. Podríamos decir que hemos adoptado como lenguaje común esta expresión de aliento, esta experiencia de Fe.
El Judaísmo, de hecho, reconoce el valor positivo de la Emuná, traducido como la fe, la confianza en Dios. Pero al definir este concepto de Fe, el Judaísmo dista un poco del Cristianismo al señalar que la fe no es algo tan estresado o tan central como lo es en otras religiones, sobre todo en comparación con el Cristianismo.
La Fe podría ser un medio necesario para ser un buen Judío religioso practicante, pero el énfasis está puesto en el verdadero conocimiento, la verdadera profecía y la práctica, más que en la fe misma. En muy raras ocasiones se relaciona con cualquier enseñanza que ha de creerse. El judaísmo no requiere que uno identifique explícitamente a Dios (un principio clave de la fe cristiana, que se llama Avodá Zara en el judaísmo, una forma menor de la adoración de ídolos, un gran pecado y estrictamente prohibido a los Judíos). Por el contrario, en el judaísmo, uno honra una idea (personal) de Dios, con el apoyo de los muchos principios citados en el Talmud para definir el judaísmo, sobre todo por lo que no es. Por lo tanto no hay una fórmula establecida de los principios de la fe judía, que son obligatorias para todos los judíos observantes.
El cristiano ve el misterio de Dios y de su gracia, y busca conocer y ser obediente a Dios. Para un cristiano, la fe no es estática, más bien hace que uno aprenda más de Dios y crezca; la fe cristiana tiene su origen en Dios.
En el cristianismo, la fe causa cambio a medida que uno busca un mejor entendimiento de Dios. La fe no es fideísmo o la simple obediencia a un conjunto de reglas o declaraciones. Antes que un cristiano tenga fe, deberá entender en quién y en qué tendrá fe. Sin entendimiento, no podrá haber una verdadera fe y esa comprensión se construye sobre la base de la comunidad de creyentes, las escrituras, tradiciones y en las experiencias personales del creyente.
