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No sé que lo sé


¡Qué fácil le resulta a muchas personas adaptarse a los cambios y a las exigencias de un mundo cada vez más globalizado y tecnológico! Pero cuán difícil le resulta a otros tantos… Y la diferencia entre unos y otros sólo está en la mente, en la manera en que se perciben los cambios y en la disposición y capacidad que se tiene para aprender, desaprender y reaprender.

Es por ello que tratamos de darte las herramientas necesarias para que “reprogrames” tu mente y entiendas que de ti solo depende ser exitoso en la vida, en cualquier área que te propongas. De nada vale que tengas miles de proyectos en mente a ejecutar, si no estás dispuesto a sacrificar hábitos adquiridos a lo largo de tu vida, si te niegas a abandonar tu zona de confort o si insistes en hacer siempre lo mismo intentando conseguir resultados diferentes.Lo primero que debes hacer es “actualizar tu chip”.

Existen cuatro fases por las cuales atraviesa nuestra mente para procesar nueva información:

1. La incompetencia inconsciente: No sé lo que no sé.

2. La incompetencia consciente: Ahora sé lo que no sé.

3. La competencia consciente: Sé que lo sé.

4. La competencia inconsciente: No sé que lo sé.

Aunque parezca un trabalenguas, es un proceso en el cual normalmente no nos detenemos a pensar. Mas si nos fijamos la meta de perseguir el éxito, entonces estamos en la obligación de prestarle atención, porque sólo aprendiendo, desaprendiendo y reaprendiendo nuevamente, seremos capaces de vencer todos los obstáculos que nosotros mismos nos ponemos en el camino.

Cuando eras pequeño, tú no sabías leer ni escribir -incompetencia inconsciente-. Cuando comenzaste a aprender, sabías que no sabías leer y escribir -incompetencia consciente-. Eventualmente sabías que sabías exactamente cómo aprender a leer y escribir, pero tuviste que pensar en ello mientras aprendías las vocales y las consonantes -competencia consciente-. Y por último, leer y escribir se hizo tan rutinario que podrías hacerlo sin siquiera pensar en ello, pues ya está en tu banco de conocimientos -competencia inconsciente-.

Cuando todos estos conceptos se conviertan en parte de tu banco de conocimiento, es cuando la magia inicia. Sin hacer nada, las cosas comenzarán a funcionar manifestando todos tus deseos y sucederán rápida y fácilmente.

La periodista Cecelia Ahern reflexionó acerca del proceso de aprender a reaprender y al respecto ha dicho: “Los niños aprenden muchísimo más deprisa que los adultos. ¿Adivinan por qué? (...) Porque no tienen prejuicios. Porque desean saber y desean aprender. Los adultos... piensan que lo saben todo. Crecen y olvidan fácilmente y en vez de abrir la mente y desarrollarla, eligen qué deben creer y qué no. No es posible elegir esa clase de cosas: o crees o no crees. Por eso su aprendizaje es más lento. Son más cínicos, pierden la fe y sólo desean saber las cosas que los ayudará a seguir adelante día tras día. No les interesan los extras. Pero, (...) Son esos extras los que hacen la vida”.

A la competencia inconsciente se llega mediante dos métodos: 1. Haciéndolo una y otra vez en el nivel de competencia consciente, tal como hacen los niños, ensayo y error. Y 2. Observando a alguien más hacerlo. Esta es la razón por la que juntarse con personas que tienen lo que tú quieres es una muy buena idea, no sólo conseguimos el conocimiento, sino que también observamos a las personas que usan el conocimiento. Tener un mentor, asociarse con personas que tienen lo que quieres, y ser capaz de observarlas crea también rutas neuronales en el cerebro.

El licenciado en psicología, especializado en comunicación y Programación Neurolingüística (PNL), Xavier Guix asegura:

“Si una persona no se propone una actitud de aprendizaje continuo, si no atiende más allá de lo que ocurre ante sus narices, acaba viviendo en pasado continuo; es decir, reaccionando según su memoria emocional. Si queremos emprender nuevos viajes, es necesario vaciar lo acumulado. Deshacernos de esa pesada carga que nos impide avanzar”.

Si a la falta de conocimiento sumamos la baja capacidad para renunciar a lo aprendido y aceptar los cambios (aun cuando se tenga una gran disposición para aprender), la mala costumbre de sabotearnos nosotros mismos poniendo excusa tras excusa, la negativa a renunciar a la zona de confort y el no dedicarle tiempo suficiente al nivel de competencia consciente para llegar al de competencia inconsciente, entonces el resultado será catastrófico. No hay cambio alguno y al no haberlo el éxito no llegará.

“El cambio es el resultado final del verdadero aprendizaje”. - Leo Buscaglia

Sólo cuando la información se convierte en automática y sucede instintivamente, instantáneamente, sin esfuerzo, empezaremos a ver cosas maravillosas.

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