Los celos son una respuesta emocional que todos los seres humanos experimentamos y está ligada a un asunto muy simple: buscar proteger lo que se quiere. Esto incluye un puesto de trabajo, una pareja, amigos, etc. Si te preocupa que los celos se apoderen de tus reacciones o si quieres evitar una nueva expresión descontrolada, te comento estas cinco claves de los expertos sobre el tema.
1.- Conócete a ti mismo. Dice una canción del cantautor guatemalteco Ricardo Arjona que los celos “son traviesos, que es mitad falta de sesos y mitad inseguridad”. Una opinión fuerte sobre el tema, pero no muy lejos de la realidad. Traduciré esa “falta de sesos” en una expresión más amable: “falta de conocimiento”. Falta de conocimiento de uno mismo y de los demás. Esa es la primera clave. Evalúa lo que sientes, cuándo lo sientes y cómo reaccionas. ¿Tienes razones reales para dudar del afecto de esa persona?¿Hay hechos que te demuestren que tu puesto de trabajo se lo darán a otro de tus compañeros?
2.- Evitar compararte. Hay riqueza en la variedad, en la diversidad. En muchas ocasiones las comparaciones nos llevan a conclusiones poco saludables. A veces en lugar de ver y apreciar el aprendizaje o progreso de un compañero, empezamos a resentirnos si nos comparamos y lo vemos como una amenaza. Otras personas comparan las relaciones de otras parejas con las propias o incluso las posesiones de sus amigos o conocidos. Ese pensamiento continuo va sembrando la semilla de la inseguridad, de la inconformidad y muy pronto se ven afectados por los celos en lugar de brindarse un espacio para el agradecimiento por lo que tienen y trabajar para construir lo que se anhela.
3.- Elimina el pensamiento rumiante. Los celos son una alarma. Hay que interpretarla sanamente como lo que es: una señal, no un hecho en sí mismo. Si se activa hay que tener cuidado en que nuestra mente no nos juegue una mala pasada. Una de las formas de evitarlo es eliminar lo que algunos psicólogos llaman el pensamiento rumiante, es decir, tener cuidado cuando te encuentres pensando lo mismo una y otra vez.
"Al pensar influimos en nuestra química cerebral, y los pensamientos no son neutros, porque están construidos con imágenes, sensaciones y voces que actúan como estímulos para nuestros estados internos. Es así como podemos alegrarnos o destrozarnos el día, a golpe de pensamientos", asegura el psicólogo Xavier Guix.
La meditación, concentrarse en cambiar de pensamiento, buscar distracción o incluso dar un paseo para ver otras caras y lugares, son útiles para dejar de rumiar.
4.- Confía y construye. Si una persona quiere ser infiel, encontrará la manera de hacerlo. ¿Hay forma de evitarlo? ¿Debes angustiarte por eso? Ser auténtico es una forma de ayudarte si tienes esa inquietud. Confía en lo que tienes, agradecer por eso y da cada día lo mejor de ti por hacerlo crecer. Pasa lo mismo en el lugar de trabajo. Tu dedicación, tu esfuerzo y empeño son las herramientas con las que cuentas. Se parte del equipo y no navegues en solitario, edifica alianzas positivas y evita todo lo que no aporte al objetivo. Te sentirás con mayor seguridad y ocupará tu mente en lo importante y no es situaciones hipotéticas o lejos de tu influencia.
5.- Comunícate. Todo lo anterior muchas veces pierde utilidad si la comunicación no está fluyendo de manera adecuada. Míralo desde este punto de vista: una conversación sana puede ser la terapia para detener los celos. No estamos hablando de un interrogatorio o de la búsqueda de información por canales indirectos. Planteamos la necesidad de vivir en relaciones sanas, transparente, donde las dudas no se entiendan como desconfianza y donde las partes estén conscientes del valor de lo que los une. Cuida el tono y las palabras, así como la expresión corporal. Escucha con atención y no reacciones ante cualquier impulso.
El camino de aprovechar las emociones, conocerlas y saber reaccionar ante ellas es enriquecedor. Quiero saber cómo vas, cómo lo estás viviendo y los resultados que vas obteniendo, así que puedes comentármelo a través de mis redes sociales.